martes, 21 de agosto de 2012

Capítulo 1: Antes de la cosecha (parte1)


Me despiertan un grito de mi hermano pequeño, Sam. A si que me levanto de la cama para ver que le ocurre porque ninguno de mis padres se encuentra en casa. Nunca están desde hace 6 años. Los llamaron para que ocuparan de nuevo sus cargos como agentes de la paz. Estaban deseando volver a serlo y aceptaron con agrado dejándonos a Sam y a mí solos. Mi hermano solo tenía unos 4 meses y yo 11 años recién cumplidos y desde entonces estoy a cargo de toda la casa. Mis padres me envían parte de sus sueldos y yo los gestiono como puedo, pero aun así he tenido que coger teselas unas cuantas veces pero de todas formas me da igual. Si no voy a los Juegos del hambre de forma natural acabaré presentándome voluntario como tributo este año. Estoy física y mentalmente preparado y además es lo que tengo que hacer para no acabar siendo Agente de la Paz. La gran mayoría de personas del Distrito 2 cuando cumplen 18 años y ya no pueden participar en los Juegos, el Capitolio los manda a formarse como Agentes y así sacarle provecho. Como yo no serviría al Capitolio aunque me envenenaran con veneno de rastrevispula no tengo mas remedio que presentarme en los próximos Juegos. Tampoco sería un gran sufrimiento lo de presentarme porque en realidad estoy deseando ir. Desde los 7 años he estado preparándome para el gran día de subirme al escenario y que Pilgruch diga que soy el tributo masculino del Distrito 2. Mañana va a ser el día que tanto he estado esperando y lo mejor es que no tengo que preocuparme por Sam porque he encontrado alguien que lo cuide mientras estoy en la arena. Llego a su cuarto y rastreo la zona con la mirada pero no lo encuentro, solo veo la ventana abierta de par en par. Me asomo por ella y lo veo levantándose del suelo. Voy escaleras abajo en su busca.
-¿Como se te ocurre saltar por la ventana?- Le regaño- Menos mal que solo es un primer piso. Piensa que podrías haberte hecho daño.
-Solo intentaba saltar al árbol como tu haces en los entrenamientos...
Me recuerda mucho a mí, ya no solo en su físico, que es igual que yo a su edad si no en su forma de actuar y pensar. A veces me asusta lo mucho que nos parecemos y yo siempre niego que tengamos parecido alguno.
-No lo vuelvas a hacer, cuando tengas la edad yo mismo te enseñaré a luchar ¿vale?
-¿De verdad? ¡Que bien! Empezamos mañana mismo- Dice muy ilusionado
-Sam, mañana es la cosecha y además ya te he dicho que cuando tengas la edad
-¿Te vas a presentar voluntario?
-Sí
-Que chulo, entonces te veré por la pantalla dándoles a todos una paliza
Me río, no puedo evitarlo porque lo ha dicho tan seguro de si mismo que convencería hasta al mismísimo presidente Snow.
-Mientras tanto te vas a quedar con Rachel
-¿Con la tita Rachel?¿ Podemos visitarla ahora?
-Bueno vale pero antes tenemos que desayunar y vestirnos
Le preparo la ropa y se la dejo encima de la cama y voy a mi cuarto a ponerme la mía. Cuando bajo a la cocina Sam ya esta sentado en la mesa esperándome. Solo queda un poco de avena de la última tesela pero creo que nos bastará hasta mañana.
-¿Otra vez avena?-Se queja- ¿Por que no compramos pan con nueces y pasas? Para variar un poco que en el colegio nos han dicho que es necesario hacer una dieta equilibrada
Suspiro y no le respondo, la verdad es que no queda mucho dinero y lo estoy ahorrando para dárselo a Rachel para cubrir los gastos de Sam. Si supiera que la vida no es tan fácil... Tras el desayuno salimos y vamos hacia la casa de Rachel.

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